En un arreglo social que busque realmente el mejor interés para cada uno de sus participantes, la amenaza de exclusión debería ser suficiente como para desanimar los comportamientos más destructivos o irrespetuosos. Incluso cuando es imposible de evitar, la exclusión es ciertamente un enfoque más humanitario que las prisiones o las ejecuciones, que corrompen a la policía y los jueces casi tanto como amargan a los criminales. Aquellos que rehúsan respetar las necesidades de los otros, los que no se integraran a sí mismos en ninguna comunidad, pueden verse expulsados de la vida social – pero eso todavía es mejor que el exilio en el hospital psiquiátrico o en el corredor de la muerte, dos de las posibilidades que esperan a tales personas hoy en día en ciertos lugares del primer mundo.

La violencia solo debería ser usada por las comunidades como auto-defensa, no con el engreído sentido con el que se otorga aplicarlo nuestro presente sistema de injusticia. Desafortunadamente, en un mundo gobernado por la fuerza, los grupos autónomos basados en el consenso solo pueden esperar vérselas con los que no se rigen por valores cooperativos o tolerantes;tienen que ser cuidadosos para no perder esos valores en el proceso de defenderse de ellos.

Desacuerdos serios en las comunidades pueden ser resueltos en muchos casos reorganizando o subdividiendo grupos. Con frecuencia los individuos que no pueden continuar más en una configuración social tienen mas éxito cooperando en otra configuración, o como miembros de comunidades paralelas. Si el consenso no se puede alcanzar en un grupo, ese grupo puede subdividirse en grupos mas pequeños que lo puedan alcanzar internamente – tal cosa puede resultar inconveniente y frustrante, pero es mejor que decisiones de grupo alcanzadas en última instancia por la fuerza por aquellos que tienen más poder. Como con los individuos y la sociedad, sucede con diferentes colectivos: si los beneficios de trabajar juntos sobrepasan a las frustraciones, eso debería ser incentivo suficiente para que la gente arreglara sus diferencias. Incluso comunidades drásticamente diferentes todavía están interesadas en coexistir pacíficamente, y deben de alguna forma negociar vías para conseguirlo…